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Dicen que el primer amor y el último de nuestras vidas, es el amor propio.
Sin él, no caminamos seguros; llenos de él, somo plenos;
hinchados de él, por el contrario, rayando en el narcisismo, no crecemos pues no caben las dudas, que son el principio del progreso.
Dicen que el amor propio, nos lo construyen, en buena parte, todos los que nos amaron durante nuestra primera niñez.
Ho.