La música está allí, se la arrancamos a las voces de la naturaleza, con sus misterios y placeres. La música está allí, para que en cada uno germine una emoción, un sentimiento. A través de la música podemos alcanzar instantes oceánicos ( como los llamaba Freud ) o de plenitud. Creo que la música es el lenguaje universal del espíritu.
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